lunes, 23 de abril de 2012

Las obras maestras del artista Adrian Newey


Si a lo largo de la temporada 2011 hubo un nombre que sonó en todos los lugares donde se discutía de F1, ese fue el de Adrian Newey. El inglés revolucionó el paddock con la que, hasta ahora, ha sido su última obra maestra: el Red Bull RB7.

A lo largo de las 19 carreras que se disputaron a lo largo del año, en muchas se observó como rivales, periodistas y aficionados se retorcían los sesos para comprender la abrumadora superioridad con la que el bólido de la marca de bebidas energéticas, a manos de Sebastian Vettel, aplastaba a sus contendientes.

Pero este trabajo de Newey no es flor de un día. Adrian ha cosechado una trayectoria impresionante en la máxima categoría del automóvil y que sólo se ha visto eclipsada por la figura de Rory Birne (uno de los mayores responsables de los títulos de Michael Schumacher). A sus grandes éxitos, también se les une algún que otro fracaso (el MP4/20 como más reciente), pero aquí estamos para rememorar los coches que salieron de la mente y el despacho de este peculiar personaje.
Su primera maravilla: FW14B

1992: Williams FW14B/Renault

Tras años dominados por el binomio McLaren-Honda, Williams y Renault consiguieron poner fin a su dictadura de forma aplastante. Once victorias, el campeonato de pilotos (Nigell Mansell) y él de constructores demuestran la majestuosidad del coche que concibió el tándem Newey-Patrick Head. Entre sus aspectos más revolucionarios, destaca el fenomenal uso de la llamada suspensión “reactiva”.

1993: Williams FW15C/Renault

Esta vez a manos de Alain Prost, Williams y Renault volvieron a reinar en la temporada de 1993, aunque con menor superioridad por parte del campeón. Algunos problemas de fiabilidad como el que se reprodujo en Monza con el coche de Prost no hicieron más que alargar dos semanas su coronación. Entre los aspectos técnicos del FW15, destacó un nuevo control del gas, introducido en el GP de Canada, que propició una conducción más fácil.

1994: Williams FW16/Renault

A pesar de que Michael Schumacher se interpuso en el camino de Damon Hill, Benetton no pudo evitar una nueva corona de marcas para Williams. El monoplaza inglés con motor francés estrenó una evolución de este que permitía exprimirlo hasta superar las 15.000 revoluciones. En un principio, nervioso, el FW16 se fue puliendo aerodinámicamente cual diamante en bruto.

1996: Williams FW18/Renault

Damon Hill consigue su ansiada corona a mandos de un coche en el cual Newey encontró un gran compromiso entre eficiencia aerodinámica y calidad de rodaje. Se dice de él que redefinió el dominio y la excelencia en ingeniería.

1997: Williams FW19/Renault

Con Mclaren cosechó 3 campeonatos
Jacques Villeneuve se coronó campeón tras una apasionante carrera en Jerez. El FW19 utilizó a lo largo del año un nuevo V10 que propició una bajada de su centro de gravedad. Aerodinámicamente, fue una evolución de su antecesor y el último Williams diseñado por el genio de Adrian. A partir de aquí, Williams entró en declive y no ha vuelto a saborear las mieles de un triunfo en ninguno de los campeonatos…¿casualidad?



1998. McLaren MP4 13/Mercedes

La escudería de Ron Dennis volvió a lo más alto de la mano de Newey y Mercedes. El monoplaza nacido en Woking, en un principio con aspecto austero, interpretó a la perfección las nuevas restricciones que disminuían el ancho de los coches de 200 a 180 cm y la eliminación de los neumáticos slicks.

1999: McLaren MP4-14/Mercedes

La bala plateada inglesa se anotó siete victorias, pero tuvo que ceder a Ferrari el título de constructores. El finés se convirtió en bicampeón tras derrotar al irlandés y compañero de Michael Schumacher, Eddie Irvine. Suzuka fue el lugar para la gloria.
El RB7 es uno de los mejores coches de la historia

2010: Red Bull RB6/Renault

Dando continuidad a la buena base construida en la temporada 2009, Newey da a la escudería austríaca su primer título de pilotos y constructores. El RB6 explota el uso del doble difusor mediante la colocación de los escapes cercana a este, dando a conocer lo que sería el doble difusor soplado. Además de un gran diseño, el coche de Sebastian Vettel y Mark Webber utiliza y aprovecha a la perfección las suspensiones pull road traseras que, a pesar de ser más difíciles de poner a punto, otorgan una mejora en el flujo del aire.

2011: Red Bull RB7/Renault

Mismos protagonistas, misma fórmula. Newey crea un coche con una aerodinámica muy refinada. A simple vista se observa que el coche apunta maneras. De nuevo el buen funcionamiento de las suspensiones pull road que hacen trabajar a la perfección los nuevos neumáticos Pirelli hacen que Vettel consiga el record de poles en una temporada, desbancando a Nigell Mansell, el piloto que inauguró el palmarés de Newey y este repaso a su galería de arte.


Bibliografia: F1. Una leyenda de 60 años.

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